Las fuentes en el campo español han sido pieza clave de nuestra agricultura y ganadería, para aquellos que vivimos la época en que todavía la labranza nos daban el sustento, sabemos de la importancia de estos manantiales.
Ellos apagaban la sed de cuantos arañaban el suelo, segaban o apacentaban el ganado; eran como pequeños oasis en las resecas tierras que a duras penas mantenían a familias y animales.
Siempre había alguna fuente cerca de la labor, y un "rapa" que mandar con la barrila a buscar el agua que permitiera seguir manteniendo el esfuerzo. O bien, llegado el medio día recuperar el vino puesto a refrescar y mojar el "catramuello" que se resistía a ser engullido.
Eran tiempos dificiles en lo que se sabia apreciar estos puntos que abastecían las duras jornadas; ahora cuando todo esto parece inservible y se rinde culto al plástico , las fuentes permanecen en su sitio como indicando que podemos estar equivocados, parecen decir obstinadamente que quieren seguir formando parte de nuestras vidas, aunque estén olvidadas y llenas de "llamariacos".
Esta preciosa mañana de últimos de Mayo, cuando Luis Carro me propuso ir a limpiar las fuentes de "Pizacueva", me dio la oportunidad de recordar todo esto, también Teodoro López quiso participar de esta no poco humanitaria acción, pues considero estas y otras muchas fuentes de nuestro querido termino de Ferreras, como algo vivo que ayudo a la subsistencia de nuestros antepasados, y les proporciono uno de los mayores placeres que puede sentir el ser humano y cuantos animales le rodean, beber agua cuando tienen sed.
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