jueves, 22 de mayo de 2014

Analisis del Catastro de la Ensenada. Por: ANTONIO DIEGO

Con este mensaje me ha enviado mi amigo Jose Luis Diego el presente documento. A ambos agradezco su dedicación y amor a Ferreras.

"Querido amigo: Te remito adjunto documento de mi hermano Toñin ,para que  a tu buen entender le des uso a  gloria de nuestro querido pueblo."


ANALISIS Y COMENTARIOS AL CATASTRO DEL MARQUES DE LA ENSENADA (ZENÓN DE SOMODEVILLA Y BENGOECHEA) AÑO 1752, DE FERRERAS DE ABAJO Y OTRAS EXISTENCIAS.
 Con los datos que figuran en este catastro, voy a intentar  en primer lugar acotar el territorio, que  podría  comprender.
    De levante a poniente nos dan  una longitud de tres cuartos de legua,  o sea  4.179m., vendría a ser desde el  Vallello  a la Mouta.  De sur a norte nos dicen que hay  media legua, los equivalentes 2.786m, que  sería desde la cuesta  de los castaños  al Cimayo. Para los que no estén muy  puestos, el  Cimayo  es un montículo que se encuentra al pasar la rampla de  las Ponzas  a la izquierda, dirección Otero.
   Manifiestan que  el término tiene 1.376 fanegas, o lo equivalente a las  medidas actuales de 489 hectáreas, tomando el valor de la fanega  a 3.554m². Con las medidas  que dan de S. a N. y de E. a O, se aprecia que el término no comprendía  un espacio regular, porque si lo fuera, la superficie sería bastante mayor  de la que dan, aproximadamente serían unas 1.164Ha. Por tanto me voy a atrever a  señalar, dónde se encontrarían estas 1.376 fanegas. Las cuales también nos detallan a qué tipo de cultivo estaban  dedicadas.
   Vamos a ello. Partamos por ejemplo del  río en el límite con Litos, incluimos el Vallello, el Yombo,  Tropillal, Cimayo, Buyín, Peñidico, Aguilón, Tras la viña, La Mouta,  Pontón del Real y desde aquí se sigue la cuesta del río hasta Boca de la Ribera. Una vez en el molino, se sale a la carretera por la parte de arriba de las escuelas, y  desde  ahí, tomamos rumbo  a las ventas.  Llegados a este lugar continuamos por  la carretera nacional,  que nos lleva al río nuevamente y siguiendo el curso del mismo cerramos el circuito. Como se ve lo acotado es poco pero viene siendo las 489 Ha, que nos dicen disponer.
   Este espacio descrito,  lo clasifican en: Regadío, Pradera, Secano y Monte. Intentaré  localizar dentro del perímetro anterior, las  distintas clases  de terreno y donde cultivaban los diversos productos.
   REGADIO.- Este terreno se sembraba todos los años .Disponían  de 13 fanegas, 4,6 ha. De éstas, 2,8 Ha se dedican a cultivar lino. O sea  bastante más de la mitad ¿Dónde,  en aquel  entonces se podrían encontrar los linares? Uno que no admite dudas son  los Linaricos y aledaños a la Fuente Honda.  Pero  tendría  que haber algo más,  porque lo dicho no llega a la superficie de 2,8 ha.  Posiblemente se completase  esta superficie  con algunos  otros  puntos, que aunque no gozaran tanto del agua como los anteriores, sí de la humedad y frescura  necesarios. El terreno  que mejor  cumplía  estas condiciones debía  de ser  el comprendido desde la farmacia hasta pasada la Ermita del Cristo; todo lo que se extiende a la izquierda, teniendo como límite la  calle Príncipe de Asturias. Alguna que otra tierra sembrada de lino, también pudiera encontrarse en la zona de la calle del Tesico. En los años  cincuenta pude ver alguna  sembrada y las pequeñas chozas que formaban una vez que lo segaban o más bien arrancaban. El colocarlo así, sería  motivado para facilitar un más rápido secado.
En esta  misma clase de regadío, reservaban  2 fanegas a hortalizas, unos  7.000 m². Con esta cantidad, los 78 vecinos a duras penas disponían de 90m².Me parece muy poco  terreno para este cultivo.  Bien es cierto  que  en  aquel  tiempo el tomate y la patata no  contaban. Esta última  cuando llegó a estos parajes desde América, al principio se daba al ganado.  No  siendo alimento cotidiano y muy socorrido para las personas  hasta finales del siglo XIX. Fue una gran hambruna general  la que les  obligó a su  consumo. ¡Hay que ver, con lo ricas que  están!
Las 3 fanegas  que  restan, más o menos una  Ha,  dicen que son  para sembrar de centeno. Demasiado  buen terreno para tal cereal. Esto debe de tener su explicación y creo que es: Segarla  de verde  principalmente  para las vacas. Lo que llamamos  “harraña”. Luego a continuación lo debían de preparar para ponerlo por ejemplo de berzas, nabos, etc. Sacándole así el mayor rendimiento, o sea, lo que se dice dos cosechas.
        Rodrige  debería ser uno de los lugares idóneos  para hacer estas dos cosechas.
      Se aprecia que nuestros antepasados, al lino le daban una  gran importancia. Todavía  no ha  mucho tiempo, el tener linares, aunque no estuvieran sembrados  de tal, era sinónimo de muy buenas tierras.
       Me llama la atención que no se mencione ningún tipo de legumbre, como los garbanzos, las alubias. Las lentejas, no se sabe por qué, pero  no eran  santo de nuestra devoción. Las pobrecitas eran despreciables, creo que a nivel general.  Al trigo y las viñas tampoco los citan. Pudiera ser  que con  el trueque  compensaran las carencias o la no conveniencia de sembrar  ciertos productos. Más adelante  me extenderé  en este  tema del trueque. Realmente dejan bastante claro con la contestación que dan a la pregunta 11ª, cuáles eran los frutos  recogidos anualmente en este lugar. Siendo lino, linaza, centeno y yerba.  También  omiten la miel. Aunque después hablen de  colmenas. Las  legumbres pienso que aunque cosecharan algo, creyeron  no tratar.
   PRADERA.- Disponen de 19 fanegas de prado, 6,75 hectáreas, esto es,  dos Ha más que de regadío.
Podían localizarse en las inmediaciones de los molinos de los Diegos y de los Taboadas, entre la puente Grande y la  Chiquita; todo a este lado del río. La calle llamada de los prados nos indica otra zona, que se puede prolongar hasta las eras de abajo. Añadamos, el Espinacal, Fontaninas,  Prao  Redondo, Valdecabras, Tras la viña (¿Hubo una viña delante?) y Tesico, acaso  algo también en Vallello.
    Su producción era de 29 carros de hierba, carro y medio por fanega. Tampoco parece  que fuera mucho para los 78 vecinos, aunque a esos  se sumen los 6 procedentes  de pradera comunal, los cuales no se sabe como  repartían.
   SECANO.- Esta es la superficie más extensa, con 880 fnga, 295Ha, a la que  clasificaban de esta manera: Buena, mediana e inferior; malo no había nada. En toda la clase de secano sólo se sembraba  centeno. Al trigo ni se menciona, cuando en parte de este  terreno  lo hemos visto cosechar.  Claro que abonando con guano o “amonitro.”
Comentemos  cada una de estas clases.
La Buena. Sus 130 fanegas o 46 hectáreas, estarían  en Rodrige, Llama el Forno, Tesico  y el Terronal. Además todo el espacio  que hay  desde estos dos últimos lugares hasta el pueblo, digamos desde las cuatro calles hasta  la calle el Espinacal. Téngase en cuenta  que en el año 1752 en esa zona apenas habría alguna edificación.
L a Mediana. Contaba 250 fanegas, 89 hectáreas, se hallarían en casi el total del Carballo, Eras de Abajo, Carrizo,  Vallello, el Fundadal, el  Yombo y la  Turana, bonitos nombres estos dos últimos.
La Inferior. La fijaban en una  extensión de 500 fanegas, 178 hectáreas. Un dato curioso es, que una categoría va doblando a la precedente. Esta clase  que comprendía  el resto del secano, se encontraría diseminada; no obstante se puede citar algún lugar como  el Tropillal, La Brea, Buyín, Aguilón, las Encruciadas, el Cuevo,  Urrietica  mata la vieja  etc.  
La superficie de secano se sembraba cada año la mitad.  Los   propietarios  respetaban la hoja. Hoja se llama a cada una de las mitades. La que descansa se la denomina  barbecho. Ésta al estar aislada de la otra mitad y concentrada, permite que los pastos que produzca, sean aprovechados mejor por los ganados de los vecinos, sin perjudicar los sembrados. Los padres a la hora del reparto, tenían que tener en cuenta  además de otros asuntos, que los herederos recibieran  mitad de tierras en un lado y mitad de tierras en el otro. Porque todos los años se sembraba. Los  que las trabajaban no descansaban; eran las tierras.
     A continuación voy a dar unos datos para intentar  meternos  en el ambiente de nuestros parroquianos: Las medidas que tenían  con relación a las que ahora se usan, así como precios, rendimiento,   producción e impuestos.
      Equivalencias.
 1 Hemina= 4 Celemines= 15,6 Kg.                                                                                                                         3 Heminas=1 Fanega=3554m²                                                                                                                                                              6  Heminas colmadas=0.5  Cargas=(1 Fardela) =100Kg aproximadamente.                                                                                        12 Heminas colmadas= 1 Carga (2 Fardelas) =200Kg            “                                                                                          1 Arroba = 25 Libras= 11.5 Kg.
     Precios.
 1 carro de hierba ………………………….12 reales de vellón                                                                            1 fanega de centeno……………………….9 reales de vellón
1 fanega de linaza………………………….21 reales de vellón
1 maña de lino………………………………..2 reales de vellón                                                                        1 arroba de lana……………………………25 reales de vellón
1 cordero ……………………………………….4 reales de vellón
1 chivo……………………………………………5 reales de vellón
Resulta interesante comparar entre sí estos precios. Por ejemplo un carro de hierba por poco más de un par de chivos o por tres corderos
      Rendimiento.
Centeno  1 Fanega de tierra (3.554m²) produce  4 Fanegas (de  regadío  5)
Lino           1 Fanega  “   “               “           produce 1,5 de linaza.
                  1 Fanega  “    “               “          produce 18 mañas.
Hierba      1 Fanega  “     “              “          produce 1,5 carros.
     Producción  anual.
Centeno  448 Fanegas tierra x 4 de producción 1792 fnga  ó 448 cargas, reales  vellón   16.128.-Lino              8 Fanegas     “    por 18 mañas hacen 144 mañas                            “            “          288-.                                     
                     8 Fanegas      “   por 1.5 fanegas de linaza hacen 12 fanegas (1)  “            “           252.-                             Hierba      25 Fanegas      “    por 1.5 carros hacen 38 carros.                             “             “          456.-Chivos      190  a cinco reales de vellón                                                                   “             “         950.- Corderos  390 a cuatro reales de vellón                                                                 “             “      1.560.-                        Colmenas    1.067  a dos  reales de vellón                                                             “             “        2.i34.-
                                                                                                            Total reales de vellón         21.768.-                                  

(1)   Dicen que una fanega de tierra lleva 18 celemines de sembradura, que es lo mismo que decir 1.5  fanegas,  comprobando equivalencias; se observa, de no haber error, que  era igual la cantidad de linaza que se recolectaba como la que se sembraba, mal asunto, cuando encima de ahí hay que pagar diezmos.
 El posible error puede tener su aclaración en la explicación que nos da del lino el diccionario, que viene a ser la siguiente: El lino, tiene un tallo que del mismo salen un número indeterminado de ramas, en cuyos extremos sale la flor. De ella se forma una cápsula, que es el fruto. Interiormente ésta  tiene diez cavidades, alojando en cada una de ellas un grano de linaza.
  Su rendimiento tendría que ser mínimamente similar al centeno, sembrado en esta clase de terreno, o sea el cinco por uno. Teniendo en  cuenta que no de todos los tallos  fuera  a salir  más de una rama y que todo lo que se sembrara fuera a nacer. Así, sí tendríamos  para hacer frente a los impuestos y disponer para la siembra de años sucesivos y poco más.
  Este error se ve más claro al comprobar  el Diezmo que al Curato se le tributa, según la pregunta 16ª es tres partes de cinco, o sea las 68 mañas que dan. Las otras dos partes de cinco para D. Luis de Losada, que son 44 mañas;  arrojando este impuesto las 112 mañas. Teniendo que ser entonces la producción de  1.120 mañas. En cuanto a la linaza haciendo  el mismo   razonamiento, tenemos pues  que siendo 5 fanegas tres partes de cinco, el total harán 8,3, que es el Diezmo, de lo que 83 serían  las fanegas que recogían. Este análisis puede llevarnos a  creer que el rendimiento no podía ser tanto y que por eso  las fanegas dedicadas a dicho cultivo tuvieran que ser  algunas más de ocho, tanto más si  la tierra donde se siembra esta planta requiere descanso mucho mayor que el cereal, porque la deja esquilmada.  Viendo que de 13 fanegas  de tierra de regadío, 8 son para sembrar de lino,  parte de este terreno lo tenían que volver a  sembrar al año siguiente de lino precisamente, empeorando por consiguiente el resultado. No es de extrañar  pues  el rendimiento tan bajo que dan.                
En consecuencia, tomando el dato de los impuestos como el más certero y dado  el espacio bastante limitado para la siembra de esta planta, el rendimiento  para acercarnos un poco a las cuentas, sería unas 140 mañas y 10 fanegas de linaza por fanega de tierra sembrada.                                                                                                                                                                                                                                                    
  Lo más ajustado  que aprecio en estos datos sobre el lino, es lo que se refiere a la superficie dedicada a su cultivo, ya que entonces  al otro lado del río no parece que hubiera propietarios, más bien aquello era del Estado o sea que de la Carviza, nada; porque si fuera así, entonces sí que nos pasábamos de las  13 fanegas de regadío.
   Si se dejan los datos tal cual, tenemos: Producción 144 mañas, de ellas 112 para diezmos. Linaza producción 12 fanegas, 8,3 para diezmos. Esto no puede ser porque va contra la misma matemática.                                                                                                                                    
     Impuestos.
                                   Centeno     mañas   linaza    corderos    chivos        arrobas           importe en
                                                         Lino                                                              lana             reales  vellón  Al curato del lugar      107 fnga     68       5,0 fnga      26             13                   4             1.375.-
“      “        “      “             20     “      por primicias                                                                     180.-                                                                              
A  D. Luis de Losada     72     “       44       3,3 fnga      13               6                    2               867.- (2)
A  D. Luís de Losada, por el Común de este lugar                                                                 27.-
A  Arcas Reales, por el Común de este lugar                                                                        166.-
Al conde de Benavente, por derecho de alcabalas                                                             876.-
Suma                            199     “     112       8,3 fnga      39             19                   6             3.491.-
        (2)Este impuesto  lo pagaba Domingo Romero, el alcalde, por ser él  quién traía arrendados los terrenos.
 Además por el Común cada año se tiene que satisfacer,  por novenas, bulas, procesiones,   salario de Fiel de  Fechos,  limosna a la Casa Santa  ect,  308 reales de vellón. Al Canto de Astorga otros 308, ni la sociedad de autores. Estos gastos, dicen que los pagaban entre todos los vecinos .No especifican si el reparto era para todos la misma cantidad o en función  de la propiedad, posiblemente esto último fuera el criterio, por ser más equitativo. Lo mencionado  sumado  a los 3.491, hacen  un total de  4.107 reales  de vellón a pagar anualmente.
   Para hacer una comparativa lo más verosímil entre producción anual  e impuestos, se debería coger  como producción, lo que pagan aumentado en diez veces, sobre todo lo referente al lino. Tendríamos entonces 1120 mañas y 83 fanegas de linaza. Se suma  a los 21.768  ya  contabilizados, las 976 mañas que restan  y tenemos 3.443 reales de vellón, asimismo los 1.491 que es  el valor de las 71 fanegas de linaza y aparece una nueva cantidad total de producción de 26.702 reales,  que es la que yo creo podría acercarse más a la realidad. Comparada  con los 4.107 de impuestos y otros gastos ya nos da  una carga fiscal rondando el 15%,  siendo de esto un 5% lo referente a otros gastos y lo que paga Domingo Romero.  En la producción están  incluidos los 2.134 reales de las colmenas  que no tributan, es como si dijéramos en la actualidad: Economía sumergida.                                                                                                                                                                                                                                                                                                               El ti Manuel Pérez, el tabernero le dispensan  de pagar impuesto  alguno, dicen que por bajo  consumo. No debía    sacar ni para el candil. O  lo que tuviera que pagar,  lo viniera haciendo en invitaciones. Hoy acaso estaría subvencionado, por la labor social que sin duda ejerció. Me imagino a aquellos hombres acudiendo a la cantina, cuando los quehaceres se lo permitían; vestidos a la época, con sus bragas, jubones, faja, sus medias, quizá unos chanclos, los menos unas madreñas y debajo del chambergo asomando la garnacha. Las mujeres no iban ni los domingos al vermut.

   EL COMÚN.-Dicen que el Común tiene 474 fanegas, que son monte y otras 12 más de prado. Todo da una superficie de unas 160 hectáreas. Este monte estaría  situado en el  Cimayo, Buyín, Peñidico, Tras la viña y hacia la Crucica, incluyendo al Retorno y Chaguazal. Este último nos indica que debía de abundar en él esta planta, por lo que debieron de darle  este  nombre. Los dos citados al final, fueron comunales hasta hace no muchos años .El Retorno pasaría a propiedad privada por los años de 1930 y el Chaguazal  años antes. Tanto el Retorno como el Chaguazal, siendo como hemos dicho  terreno comunal, dado la cercanía al pueblo y que no había peligro de prear fruto, parece ser que se acostumbraba a “empuntiar” a los animales para estos  lugares donde  estaban a su albedrío. Esto también contribuía a que existiera una porcada  hasta los primeros años del 1900, debiendo  recibir los cerdos  en casa solamente una ligera cena y algunos acaso nada, vaya  vd  a saber. Porque con noventa m² de media cada vecino que destinaban a hortalizas, poco se  podía dar en el año y medio que se tenían desde “llareros,” que eran en abril, hasta la matanza hacia diciembre del año siguiente.
                                                                                                                                                               Además de este monte comunal, es de suponer  que tenía que haber  masas de matorrales esparcidos  por las tierras de cultivo; manchas de robles y encinas principalmente.                Como no se mencionan las viñas, ni los caldos que de ellas pudieran salir, pues es fácil imaginar el Cumbrico de las viñas,  cubierto de robles y de ahí siguiendo toda la carretera hasta el terraplén de las Ponzas a un lado y a otro, como me contaba mi bisabuelo Domingo Diego. El fue mi fuente principal de información.  Decía que cuando era un chaval e iba con las ovejas, los robles empezaban en la zona de la casilla, seguían por donde he dicho antes, continuando a La Brea,Valdecabras,  Cuevo, Las Matas, Peñas de Domingo Pascual, bajando a la Mouta  y luego continuar por la pequeña ladera de la derecha de la carretera, dirección a la otra Ferreras, hasta la boca de Masueiras. Siendo en las escorias  donde según él se encontraban los mayores ejemplares, teniendo varios el tronco  hueco, que les valía  de cobijo  cuando llovía principalmente. Ya desde la Mouta  para arriba, no entraba en el espacio que se trata.  Tenemos además  el Carballo mocho y el que no es mocho. Este último carvallo es el más grande y hoy en día no hace gala a su nombre, porque no hay ni un sólo roble y mucho tiempo habrá ya de ello. Todo lo que era monte según nos muestran, lo explotaban para consumo de las casas, hacer cisco y carbón, este último para llevar a la fragua también.
Queda por comentar  en este apartado las 12 fanegas, o las algo más de 4 hectáreas de pradera común, en las que recogían unos 6 carros de hierba, dejando lo demás para pasto.  Esta pradera  estaría situada en la Veiga,  Aracán, Llama y seguramente, como su nombre indica, Prao Concejo.  Me atrevo a incluir en esta clasificación a la pradera que, según testimonios  de primera  mano, existió en la mayor parte de la manzana, que conforma la calle las Eras, Príncipe de Asturias y la calle del  Cristo; lugar éste que contaba con una buena fuente, hacia  el noroeste y alguna laguna pequeña, donde se hacían adobes. También  en este sitio se celebraba en ocasiones el baile, siendo la Plaza del cura el lugar habitual, hasta  el inicio del segundo tercio del siglo XX.  Este terreno fue adquirido rondando el año de 1850, por un tal Manuel Carro, natural de Otero de Bodas, que es tatarabuelo mío,  de Herminio Carro, Luis Carro, Elisena  Carro y algunos más que no conservan este apellido.                                                                                                                                            Prao  Concejo pudo  ser  adquirido por los  bisabuelos  de los González, los Canas, los Santamaría , Manuel Diego  y alguno más, esta operación se cerraría alrededor de los años  de  1880. La Llama, es la otra zona,  que la inmensa mayoría conocimos como  pradera comunal hasta la concentración parcelaria, en que desapareció como tal.
Haciendo un somero análisis de la pradera comunal, vemos que las cuatro hectáreas  que nos dicen tener  es muy poco,  pues si pensamos en  la Veiga , ella solamente supera  esta extensión.  Creo que tal  pradera  va a ser el Prao Concejo y poco más.  A no ser que las 12 fanegas, las aproximadamente 4  hectáreas, sea un error de transcripción y fuera una mayor cantidad.  Si no es así  la Llama, junto con el Aracán y la Veiga  podían pertenecer al mismo dueño de Barmalo, a quién se lo traía arrendado el Sr Domingo Romero, el alcalde. Porque si se incluye todo lo dicho, supera  con mucho la extensión indicada. Aclararé lo que podría  comprender el Prao Concejo, según fuentes orales. Son las fincas  desde la carretera que tienen salida a la calle la Panera y continúan en la dirección aproximadamente que nos lleva al frente de la callejuela de Boca la Ribera. Vemos que lindaba con otro terreno común, hasta hace no muchos años, llamado Traviella que incluía el molino y demás solares que hay de la citada callejuela para abajo. Con  esto el ayuntamiento  a veces hacía permutas, como consta al desaparecer la casa que se encontraba en medio de la calle del Cristo, a la altura de la casa de José Taboada, la cual era propiedad de Blas Diego, año aproximado de su nacimiento 1875.
Antes de pasar a otro tema diré que entre muy a finales de 1800 o  más bien a primeros   del 1900, desde la plaza el Cristo,  en dirección Traviella; también en esos años ese espacio era comunal y lleno  de peñas.                                                                                                         Solamente se encontraba en este sitio la ermita del Cristo. Ésta tuvo una ampliación por los años veinte del siglo pasado, después ha tenido varias reformas hasta la última en que desapareció la sencilla torre de espadaña, siendo sustituida la misma por otra  de corte cuadrada muy sólida.                                                                                                                                    Dado que carecían de solares, tuvieron la feliz idea de habilitar este terreno peñascoso para edificar  y así no ocupar en aquel momento para ello, tierras productivas. A primeros del siglo XX, Ferreras había casi cuadruplicado el número de habitantes,  que según la guía de Olmedo eran  cercanos a los 900,  sin  incluir a Litos, con  respecto a la cifra de 50 ó 60 años antes,  que nos da Pascual Madoz.  No es de extrañar que  hubiera  que facilitar espacio para  construir, sin menoscabo de tener que ocupar otro  muy necesario, para  así seguir sustentando a las  muy crecidas bocas. Hay que tener en cuenta que por aquellos años se trabajaba poca más superficie de la que  nos dicen en este catastro. Como otras veces, hijos del pueblo emigraron  a Cuba y Brasil, muchos no volvieron. Raro es  que alguien no tenga algún hermano de los abuelos en este caso. El hecho debió de aliviar un poco a los que volvieron,  que con algún año en aquellas naciones, traían unas perras  y compraban tierras  o casas a los que ya no tenían intención de regresar.

 TERRENO QUE NO FIGURA. Una vez comentadas las distintas clases de tierras, que nos informan en la pregunta 10ª; que como  ya  expusimos, todas se encuentran dentro de la zona delimitada, pasamos pues a  referirnos  al resto del terreno  que falta y que forma parte del término municipal actual, y que entonces  no lo dan como tal y ni siquiera lo mencionan.
  Monte del Estado.   El propietario de este espacio es  el mismo Estado. Como sabemos la mayor parte de este terreno, que es sierra, fue repoblado de pinos a finales de los años cincuenta. Comprendía todo lo que se encontraba al otro lado de la  cuesta del río y además  incluía la Ribera. Con el  paso del tiempo, tenemos Rebojo ,el  Arcial, Valdesolores,  Praoyinos, el Chano la Mata,y la  Carviza  a nuestro lado, pero  no así Pizacueva, los Barros y Val de Fernando,  que la concentración parcelaria no incluyó, habiendo estado  cultivado de centeno, que era lo propio. Parece ser que no se pudo demostrar la propiedad y pasó a su anterior propietario que es el Estado.
 Barmalo y alrededores. Este  bosque de encinas tan singular, fue comprado hacia 1880, siendo alcalde el Sr Miguel Villalón, a un personaje  de Benavente, heredero  de aquél a quien dicen pagar  diezmos los lugareños, a la pregunta pertinente y de no saber porqué derecho  ni  en virtud de qué privilegio; pagaban y que los dejaran tranquilos. Según consta en pliegos  manuscritos se observa quienes eran en aquella época  vecinos, porque los quiñones se repartían  en orden de vecindad. Por ejemplo  Venancio Diego y Ezequiel Rodríguez, que son las actuales casas de Rosalía Santamaría y Javier Rivas.  Citaremos algunos más pero no creamos que los  hemos  conocido;  los nombres que nos suenan, son sus nietos o hijos, dado las fechas de que se trata: Lorenzo Diego López,  Gabriel Romero, Miguel  Villalón, Lucas del Río, P. Diego Lera, Pedro Gullón, Marcos Vara  etc.
  El Zufridal, Que fue refugio  de los vecinos, que huyeron a cobijarse en él, cuando la invasión  francesa. Este bosque tan raro por estos lares,  de alcornoques, llamados zofredos,  de ahí su nombre; tuvo que ser adquirido anteriormente al de Barmalo, pero desde  luego después del  año del catastro de 1752, porque, por las dimensiones que nos daban no podía entrar  a formar parte del monte comunal. Debía de ser  también de descendientes del Conde como casi todo que data de la época feudal.
       Este  monte  del  Zufridal, no era un monte cualquiera. Por las aplicaciones que tenía  el corcho, a la hora de hacer el reparto, los padres lo hacían muy concienzudamente con los zofredos. Citaremos algunos empleos que al corcho se le daba, por ejemplo,  se fabricaban colmenas, tapones varios, esponjas especiales para lavar a cerdos  en la matanza etc.                                         Al Zufridal habría que añadir todo lo demás que no se  ha dicho y que la mayor parte está por esa  zona. Dígase,  Valmedio,  Regato Zofredos,  La Carba, El Dornajo, La Matona, Val del Oso, Masueiras, Prao Gallego y no olvidemos al  Real. En medio de todo ello; una fuente hoy en día muy popular, la llamada  “Fuente  tres  ventos.” ¿Qué nos querían decir los que así la bautizaron?  Tres ventos, masculino de ventas, tres vientos, tres  olores. Vaya usted a saber “Quisio “
   LOS MOLINOS.-De los dos que existen en la actualidad, o sea,  el de Boca de la Ribera y el de los Diegos, ninguno es de aquellas fechas. Con eso no quiero decir que en ese mismo lugar existiera alguno de los ocho. Con ocho que dicen disponer, el pueblo estaba bien servido. Tampoco  el río Castrón asustaba en primavera, ya que únicamente tenían que moler en invierno, sólo era su nombre el que imponía, para el que no lo conociera. Recuerdo ver en pie el molino los Taboadas, e incluso  tengo memoria de que por el Retorno había unas ruinas llamadas,  molino de los  Garcías,  los mayores que yo  podrán aclararlo mejor.
     LA HACIENDA.-  Se aprecia que el pueblo de Ferreras, siempre supo sabiamente conjugar la ganadería con la agricultura, sacándole así el mayor rendimiento, todavía pudimos ver algunos detalles. La explotación  sobre todo del ganado lanar, con aquellos corrales situados  estratégicamente para recoger las ovejas  cada día por la noche; que era como tener una mina de nitrato de Chile.                                                                                                                     Su  forma redonda en pared de piedra de una altura de alrededor de  dos metros, era coronada por urces con cierta pendiente partiendo del  centro, no sin antes dejar un espacio  en éste. Ello iba a disuadir a cualquier lobo de entrar por muy feroz que se tuviera, porque la salida le iba resultar más que imposible. Algún caso se dio que al ir a abrir el pastor al día siguiente el corral, a  quien  ve salir primero es al lobo que en su afán de querer oler a sangre cayó para dentro, apareciendo un cuadro dantesco ante sus ojos.                                                     Al suelo  lo dotaban de “extrumo”, compuesto principalmente de quiruelas, urcedilla, chaguazo, codeso y carqueisa, que hacía que la cama resultara bastante muelle, para más tarde, habiéndose podrido “arramar” como abono en las tierras. Por aquel entonces  de 1752, dado lo pequeño que era el terreno en el que se desenvolvían y los vecinos que eran; corrales, no habría muchos. No así los que  existieron posteriormente hasta la década de los sesenta del siglo pasado. Su número  estaría alrededor de 70.Ya puestos en el asunto, diré su situación: El Carrizal. Pizacueva, Prauyinos, Camino Mateo, Boca el Real, Valmedio, Tras la viña, Buyín  Larapionas, Montancinas y Barmalo.
El número  de animales domésticos que el pueblo podía tener, nos podemos aventurar a fijar la cantidad en algunas especies,  fundamentándonos en lo que contribuían con los diezmos y primicias al Curato del lugar y a D. Luís de Losada, que figuran en el apartado de impuestos.
    Ovejas, unas 400. No todas iban a parir y a otras se le malograba  la cría por el camino.
    Cabras,  cercanas a las 200, por la misma razón anterior.
    Vacas, aproximadamente 140, incluidos los bueyes que serían pocos, no daban el rendimiento de las vacas.
      Para llegar a fijar aproximadamente el número de vacas, he partido de los 78 vecinos con que cuenta el pueblo, descontando al Sr cura, a los dos pobres y a los tres jornaleros, quedándonos 72. Los 72 vecinos labran unas 450 fanegas. Más o menos 6.5 fanegas ó 23.000m² cada uno. Una media de dos vacas para trabajar esto, no debía  requerir  mucho esfuerzo, pero por otra parte a Domingo Romero habría que echarle una mano como subarriendo aunque fuera; podemos inclinarnos por esto del apaño y el ternerico, a que éstos completaran la pareja, redondeando las 140.Esto basándose en que las vacas fueran de trabajo principalmente.
     Las dos clases de ganado que se citan en primer lugar, no tuvieron hasta la década de los 50 del siglo pasado; su momento álgido,  la misma progresión.  Se acentúa el mayor aumento en el ganado lanar, con unas 7.000 cabezas, mientras el caprino con  unas 600, este sólo se triplica. Se me ocurren los motivos siguientes que pudieran estar detrás de esta tendencia: Uno, la roturación disminuía el espacio propio para la cabra, como son los matorrales, sobre todo de encina. Otro, las ovejas que aparte de dar cría, también les daba lana. Paralelamente a todo esto el sistema de corrales, fábrica de abono, venía muy bien para abonar  a las nuevas tierras, que el pueblo iba adquiriendo y repartía entre los vecinos, que residieran en ese momento ya fuera cura, maestro etc. En esto no se tenía en cuenta el lugar de nacimiento. A cada parte de este reparto le llaman quiñón. Se puede decir que casi todo lo que se repartió después de este catastro,  a las  fincas o tierras  se les  llamaba así, perdiendo esta  denominación a partir de la concentración parcelaria de 1970, conservando la misma,  los lugares en que no se hizo. Ejemplo, Barmalo, Zufridal, La Carba. El terreno al que se refieren los catastreros de 1752,  es lo que estaba más cerca del pueblo, que más o menos viene a coincidir con lo que se llama  facera.”Las tierras de la facera.”Lo más cercano, lo que se podía ver desde casa.
LA INDUSTRIA    Intuyo que  ya aquellos antepasados nuestros  se dedicaban a la exportación, porque veamos: Las  más de mil colmenas  que había, era una cantidad más que suficiente para satisfacer  las propias necesidades. El carbón que se fabrica para el arreglo propio y el resto a negociar según ellos nos indican. Por otro lado llama la atención  en principio, que en un pueblo de 78 vecinos, tengamos una industria textil  de primera magnitud.  ¡Pero, si es normal! ¿A quién se le ocurre sembrar tanto lino para que  confeccione otro? A los nuestros no. Así que para hacer alforjas, fardelas, reposteros, rodaos, capas  de aquellas que entre otras cualidades, tenían las de pesar mucho etc. Teníamos a tres tejedores y  a cinco sastres, que no es broma .Con este potencial  no cabe la menor duda, que existía la  “exportación”.                                                                                                                                           Hay apellidos que aunque abundaban, no tenían ningún miembro en estos gremios.
Paso ahora a intentar explicar a dónde  se llevarían  los excedentes de los productos de Ferreras y cuales podrían, prestarse al trueque, que era lo que debía de imperar en aquella época.
La zona que se trataba y todavía nosotros  oímos comentar, era la Tierra de Campos. Teniendo que pasar el Esla por el puente Quintos,  pero por aquel tiempo dudo que el citado puente existiera, siendo acaso  más aguas abajo en que la orografía del terreno permitiera vadearlo.
A esa comarca, porteaban con sus carros: Miel, carbón, lienzos y algún encargo ya confeccionado, teniendo al lino como materia prima.  De lana quizá no tanto porque por esas tierras también había ovejas, pero al tener nosotros tejedores, algo hecho de lana  llevarían, como pudo ser, refajos, manteos y bragas para hombres. Pensamos que entonces no tenían  necesidad de encargar los cobertores  ni las mantas a Santibáñez.  Años más tarde se incluyó la patata, ya dijimos los motivos por lo cual la ignoraban y  sabemos  que con la castaña pasaría lo mismo, ya que de ella, tampoco hacen  ninguna referencia.  A cambio de allí, entre otras cosas se supone que traerían trigo principalmente. Esta puede ser una explicación por lo que no lo sembrasen, porque con el excedente  de otras cosas, lo podían adquirir. No quiero dar por zanjado este tema sin nombrar al último tejedor, que vino de fuera: El Sr Vicente el tejedor, que tuvo el telar en la última casa a la derecha, dirección Ferreras de Arriba.
El Sr Domingo Vega, el herrero, no tenía que temer a la competencia. Por lo que se ve no había otro. Este buen hombre  siendo él solo, tampoco abusaba con los precios. Cobraba un  real de vellón por término medio al día, era el que más barato lo hacía, siendo  él un especialista. Pues los jornaleros, cobraban un real y medio.
 Extraña que no se diga nada de profesiones tan comunes como son: Carpintero, barbero, zapatero etc. Serían polifacéticos  en estos menesteres, que lo mismo ponían unos orejones, hacían una mesa con cajón, para en cualquier momento, sacar de él, si antes se ha metido, un trozo tocino o chorizo, que acompañado de un rebojo se podía aplacar puntualmente el rugido de las tripas. El sobeo, la cornal, la cincha y la trasga para su confección no precisaba zapatero. El empleo de barbero no  encuentro explicación a su ausencia, en un pueblo con esos habitantes, porque además por ese tiempo ejercía de sacamuelas y practicante. Vamos que no dejaba de ser un chollo.
EL PUEBLO. Dicen que el pueblo tiene 81 casas. Ya era un  pueblo majo. De ellas  cuatro en la ruina. Que no pagan I.B.I, menos mal. Que son 78 vecinos, incluyendo  al párroco Don Santiago. Uno de los dos pobres de solemnidad tiene que vivir en una casa inhabitable, el otro  parece ser, vivía en una decente. Bien pudiera rondar las 300 almas, al tener esos  78 vecinos.
   Hacia 1850, unos cien años después de este catastro, nos dice Pascual Madoz, que el pueblo cuenta con 90 casas, hasta ahí  pudiera pasar, respecto  a las del catastro que son 81, hemos ganado  algo, pero cuando Pascual nos da 59 vecinos, es mucha la pérdida y que un tercio de casas están vacías y las almas del lugar son 232, unas 100 menos que cien años antes, hace pensar que esa centuria fue muy mala, de muchas penas  para nuestros antepasados. Los factores pudieron ser,  aparte de que las epidemias y gripes arreciaran con mayor intensidad, a ellas se le sumara otra especie de  “epidemia”, llamada emigración y con ello se llegara a ese punto tan deprimente y cercano a la desaparición.                                                                             Ya  a partir de  mediados del siglo diecinueve, el pueblo cogió velocidad de crucero hasta la década de los cincuenta del  siglo pasado, que es  cuando alcanzó el techo demográfico. Contaba con tres aulas de niñas, tres  de niños  y una de párvulos mixta, entre 4 y 6 años, con una media de alrededor de 35 alumnos.                                                                                                                         Llegaron los sesenta y otra vez  se ha entrado en una constante pérdida de habitantes, que en cincuenta años ha supuesto los dos tercios. La causa principal de esta diáspora ha sido la emigración en la que se buscaba un mejor futuro.  La inmensa mayoría fueron regresando a la tierra que les vio nacer, cuando cesaban en su vida laboral; pero son muchos los años en que los hijos y nietos  de éstos ya no procrearon en el lugar donde habían nacido y por tanto en el pueblo dejó de haber paulatinamente aquel bullicio, en el que no hacía falta reloj para saber la hora; cual  era, la salida de la escuela. Si no hay niños, no hay presente y menos futuro. Pero Ferreras saldrá airoso de ésta como ha salido de otras importantes empresas que se  ha fijado a lo largo de su historia.
 Retomando el asunto, en sus respuestas afirman que aislada del pueblo, no hay ninguna casa, se desprende que las ventas en aquel entonces, no existían. La Casa Gómez por lo tanto tampoco. La venta del ti Andrés la debió de construir  él  hacia los años de 1880, la que fue el alambique algunos años antes, como la llamada venta de las josefinas  o josepinas y acaso algún otro nombre también le daban, ésta se situaba en dirección Zamora poco antes de iniciarse la curva de la casilla, que como su nombre indica  ella se encontraba al otro lado de la misma. La del ti Andrés, junto a la carretera, pero cerquita de su ermita. Años después se hicieron las otras ventas o casas que algunas ya han  desaparecido. Tanta matización es para los que no conocieron lo referido  o los  que tenían vago recuerdo  de ello, que con los años que han pasado  éstos son ya mayoría, aunque uno tampoco se considera muy mayor.                                                                                                                                             Los impuestos, los debían traer fritos y encima no redundaban en nada. Eran aquellos tiempos.  Lo que invertían en procesiones y novenas  eso sí quedaba en el pueblo. El Canto de Astorga, que si es tal canto; pues no tenemos de qué quejarnos en la actualidad, por eso de los derechos de autor. El Fiel de Fechos, podía ser lo que hoy entendemos por el Juez de Paz. 
  Los apellidos, es curioso que la mayor parte se conservan hoy en día, excepto, Palacios, Pino, Vega, Cabero, Blanco y Matillán.  Estas ausencias se han suplido con la aparición de otros, como Carro, García, De la Fuente, Rodríguez, Santamaría, Canas, Taboada, Del Río, González, Pazos, Lorenzo, Rivas  etc.
   Por un motivo u otro se mencionan a 37 vecinos de los 78 con que cuenta el pueblo. Se puede decir que a la mitad. Estos que faltan es por no tener  molino, colmenas; ni ser sastres, tabernero, Fiel de Fechos,  cura y alcalde.
Para ubicar las 81 casas, con su corralito y otras dependencias, se tendrá en cuenta algunos detalles. Las construcciones por lo general  debían de ser de una planta. Así por la ladera  hacia medio día quedaban más al resguardo de los vientos del norte y  hechas de piedra, dejando los adobes para las divisiones interiores. Ventanas las  menos y pequeñas. Los cristales me da que no abundaban. Creo que no se cuidaban mucho, para que las esquinas formaran ángulo recto. Dado la abundancia de peñas en el lugar, se puede decir  que la configuración  de las viviendas  venía  dictada por ellas. También  a tener en cuenta son: Puntos de agua cercanos, para ello tenían los manantiales inagotables  de la fuente la Fragua y la Honda. Fueron inagotables, sobre todo ésta; la pobre está pasando por una agonía. Que no se nos muera, la otra ya se fue.
 El otro detalle para seguir situando el pueblo, es la ermita de la Magdalena. De esta ermita Madoz dice lo siguiente: “Está dedicada a los santos mártires en que sirve de parroquia los días no festivos, por estar aquella apartada del pueblo.” Generalmente las ermitas se localizaban fuera del núcleo urbano. Es donde estaría  en aquel entonces esta ermita. En aquella fecha la iglesia parroquial era la de S. Juan Bautista, situada en el lugar que actualmente se encuentra el cementerio. Personas de cierta edad darían fe de algunos vestigios que de la misma conocieron. Al estar la tal iglesia un tanto alejada de la población y sobre todo al soplar el viento del oeste, que es el predominante, pues no se enteraban del toque de campanas que estaban en dirección opuesta; tuvieron que hacer una torre sin iglesia en el pueblo porque ésta ya la tenían, aunque fuera ermita.                                                                                              Según dicen, con la invasión napoleónica, llegaron soldados franceses una tarde noche a esta iglesia de S. Juan, llevando prendido al cura hasta su casa, para que contribuyera al sustento de las tropas, habiendo dejado antes al pueblo encerrado y es de suponer que aterrorizado. También  hicieron requisas entre los vecinos más pudientes. Es cuando se dice que se fueron a refugiar durante un tiempo al Zufridal. Los pobres  eligieron el lugar más caliente, quedando totalmente desamparados, pero como ellos muchos en  España.                                                      A raíz de este hecho decidieron tomar la ermita de la Magdalena como lugar de culto ordinario  relegando  la presencia en la de S. Juan, hasta que cayó en la ruina, no sin antes llevar altares y santos para la ermita, entre ellos al propio S. Juan, el del dedo. El que estaba arriba del todo, con cara afilada, ojos penetrantes y en medio de una penumbra.                                                Esta ermita fue quedando pequeña y para dar cabida a la creciente feligresía, tuvo al menos dos ampliaciones, la última que recordarán algunos, comprendía la parte de atrás. El suelo era de tabla, en distintos niveles, siendo el más alto el del fondo. Tenía de madera  asientos  empotrados a lo largo de las paredes. Esta parte era el lugar para los hombres, también para los niños y niñas en la “doctrina” del mes de mayo, después de la escuela por la tarde.                                               La parte de adelante, o sea el altar mayor, también tenía tres niveles. En la primera  escalinata se situaban las niñas. Ya en el primer nivel era lugar reservado para los niños, maestros que no maestras y autoridades, también se solía poner alguna imagen que se metía en novena. Este espacio  se separaba con una barandilla de madera, interrumpida en el centro, para dejar paso a los otros dos niveles, que era el lugar donde se celebraban las distintas liturgias.  El espacio  entre barandillas, que era reducido; por el mes de noviembre, se colocaba  un túmulo  recubierto de un crespón negro, en el que se depositaba  realmente lo que veíamos pintado en  la puerta de un transformador de luz, o cualquier otro lugar de  inminente “peligro de muerte”
    El lugar de las mujeres  era el mayor, se encuentra entre los dos mencionados, el suelo era de  losas. No había bancos, en cambio sí había reclinatorios y  hacheros. El de los hombres aparte de los asientos a lo largo de las paredes, tenía unas banquillas que yo creía muy grandes y viejas.
 Pues bien esto que se acaba de describir  no queda ni rastro. Eran los primero años de los  setenta, el pueblo acudió a la llamada como en tantas ocasiones y sin medios; contribuyó a base de tesón y creer en ellos mimos, a erguir  en el mismo lugar otra iglesia de dimensiones bastante mayores. Es toda ella de una pieza, sin columnas. De atrás hacia adelante no mide más que de lado a lado. Tiene una capacidad que supera las 500 personas, cómodamente sentadas. La parte más alta del presbiterio se encuentra  unos  80 centímetros por arriba del  nivel de los fieles.  El frontal en parte está cubierto por un determinado número de cuadros en el que se representan a personajes del Nuevo y Antiguo Testamento, teniendo como fondo parajes del pueblo. Estos fueron realizados y donados por un hijo del pueblo. Otros dejaron su impronta en la pintura interior, o en la construcción de los bancos.  Cada uno  colaboró  con lo que pudo, incluso a riesgo de su integridad física, como sucedió al desprenderse un elemento al vacío e ir a parar sobre la bóveda craneal de un sujeto calvo, rebotando en la misma, quedando éste impertérrito únicamente y  los que lo presenciaron muy asombrados. Alguien en medio estaba  echando un cable.
     Volviendo al tema de la situación del pueblo,  que ha quedado un poco lejos; el límite por el sureste sería la ermita, por el norte la Torre, por el sur la llamada calle de Abajo, por el oeste la calle la Lana y por el este calle S. Juan hasta la entonces ermita mencionada. Fuera de estos límites, tenemos  indicios para situar unas 6 ó 7 casas  en torno a la casa de herederos de Mariano Canas y de la misma ermita.
   El lugar primigenio del pueblo me hace suponer  que no estaba lejos de la parroquia de S. Juan. Pasados los años se fueron situando en el lugar actual, más al resguardo de los rigores del clima y con el agua potable cerca y en abundancia. Paralelamente que un asentamiento iba creciendo el otro inexorablemente firmaba su desaparición, siendo la iglesia la última en hacerlo y sumando su espacio a lo que ya existía como cementerio en su parte norte. En la primera ampliación del cementerio realizada en el año de 1986, que me desdiga  Eusebio Pazos, que formaba parte de la Comisión para la ampliación, si no fue esa fecha; fuera, en el lado norte, en donde se ha ampliado, aparecieron indicios de enterramientos, con alguna piedra lastra, ”lonja”.                                                                                                                      Referente a la hipótesis del primer emplazamiento del pueblo, es una reflexión que me permito hacer y que creo pueda tener su lógica.
A continuación añado unas personas con nombre y apellidos, extraídos  del libro de  María E. Alonso, sobre pleitos nobiliarios, depositados en la Real Chancillería de Valladolid.
Martín Vara nacido en Ferreras de Abajo el 11-III-1590.
Hijo: Gaspar Vara, casado con Luisa Mayoral.
Nieto: Gaspar Vara,  casado el 22-VI-1659 en Calzadilla, con María Danes.
        Otros:
Francisco Vara y María Nieto, no se  dice cuando nacieron, pero  tuvieron unos hijos que por las fechas que nacieron, aquellos tendrían la edad de Martín Vara  más o menos. Sus hijos son:
Gaspar Vara, nacido en Ferreras de Abajo el 5-XI-1619.
Baltasar Vara,  “         “        “           “      “      el18-III-1631
 Casados con Catalina e Isabel   Canas respectivamente
Hijo del anterior Gaspar Vara, es Francisco Vara nacido en Ferreras de Abajo el 21-III-1666
Casado con Isabel Bezoya. 
Figuran dos hijos de Baltasar Vara: Domingo Vara  nacido en Ferreras de Abajo el 3-X- 1663 y                                                                                                                                                                                                                                 
Martín Vara nacido en Ferreras de Abajo el  año de 1661.
Más Varas.
Domingo Vara y Catalina Arias, tuvieron a Domingo Vara nacido en Ferreras de Abajo el             I-X.1650, casó con María de Diego. El otro hermano Gaspar Vara nacido en Ferreras de Abajo el 9-II-1661.
 Se observa en esta obra, que muchos de sus descendientes, por casorio se hicieron vecinos en pueblos del valle del Tera, así como del Valverde.
         Pues bien, todos estos coetáneos entre otros de Cervantes, debieron de ir  tanto en festivos como  en ordinarios al culto en la iglesia parroquial de San Juan Bautista, en  los extrarradios. La ermita de la Magdalena,  dedicada entonces a los santos mártires, quedaba para el culto propio de su efemérides principalmente.
  Acompaño un croquis de ese pueblecito de 1752, con los detalles que he creído más significativos. Lo referente a la acequia o aguadera, en su cabecera había un grupo de álamos de hoja blanca propios del  lugar, como los podemos encontrar en los prados de la Puente Chiquita. A continuación hacían su presencia los negrillos y alguna que otra salguera, hasta  escurrir por los pozos de las eras de abajo. Desapareciendo por los años de 1920. Los álamos  nos han acompañado algunos hasta no ha mucho, siendo las negrillos los que se fueron antes debido a la enfermedad, no así  como digo los majestuosos álamos, que los estoy oyendo azotados  por el viento, como protestando por intuir su desaparición. El terreno comunal de pradera y bodones  que figura en este croquis, es el adquirido por Manuel Carro, tratado en el apartado  el Común.
Como me he animado,  he hecho otra recreación del pueblo hacia el año de 1900.
También, ya de puesto incluiré las casas que más o menos podía haber en los años que a continuación expreso: Año de 1752- 81 casas. Año de 1840-90 casas. Año de1900-160 casas. Año de1970-340.Actualmente son unas 420 las habitables. Siendo para la inmensa mayoría su vivienda alternativa. Lo que demuestra que el personal no se olvida de su pueblo.
           Con esta  más que parrafada no ha habido otra intención que no sea la de tener un recuerdo  a  todos los que  vivían en aquellos días del catastro, que eran nuestros padres. Por tanto culpables de que estemos nosotros aquí. Especialmente a los que sufrieron el  terrible interrogatorio, porque las respuestas las daban muy elaboradas  y las que no tenían, o no querían contestar,  respondían  con un breve: No comprende.  
     Por último agradecer a Juanita, el que nos haya facilitado este documento, que ha debido de entrañar una gran dificultad, ya no sólo por la traducción del castellano antiguo, si no por el estado mismo del documento. Para ello habrá tenido que armarse de una paciencia infinita y de un gran cariño para sacarlo adelante. No ha podido ser menos. Gracias.
Me asenté en Valladolid, pero vivo con el pueblo, que es donde guardo las cosas inolvidables.


                             Valladolid, Mayo de 2014