lunes, 7 de enero de 2013

ADIOS NAVIDAD, ADIOS


La Navidad ha tocado a su fin, para mí ha sido una quincena tranquila, lejos del artificial mundo que  hemos montado para envolverla; no he tenido que sufrir  febriles compras,  al son de villancicos que parecen diseñados  para ayudarte a empujar el carro, por la maraña de cosas que no necesitas; ni pasear por calles llenas de autómatas, que sostienen una bolsa en una mano, mientras con la otra saludan  a todo lo que se mueve, en un enloquecido deseo de felicidad.
He bebido alguna que otra botella con algún que otro amigo, charlando en algún bar sin agobios, he cantado algún villancico en la iglesia, he meditado delante de la chimenea, he visto  estrellas colgadas del hielo, he escuchado a mi madre contando las cosas de antes, y por supuesto he comido pollo y pulpo.
Esta ha sido mi Navidad, sencilla pero feliz; mi mayor deseo es que la soledad no sea nunca compañera de nadie en estos días.

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