miércoles, 7 de marzo de 2012

EL DOMINGO TORTILLERO


La verdad es que desconozco cuales son los orígenes de esta tradición, si he podido comprobar que es frecuente en la zonas de influencia de los ríos Tera y Esla, y en la parte sur de la provincia de León, y se lleva a cabo normalmente el Domingo anterior al de Ramos.

En Ferreras de Abajo actualmente la celebración consiste en reunirse en grupos de familiares y amigos de todas las edades, para comer juntos en el campo, cada grupo lo hace independientemente y en lugares distintos. Por supuesto la tortilla en cualquiera de sus variedades no puede faltar en el menú, tampoco seria perdonable la ausencia del “caramelano”, que consiste en simple azúcar fundido en un recipiente al punto de caramelo tostado, para degustarla una vez solidificada y fría; es frecuente añadirle almendras o cualquier fruto seco, lo que lo convierte en una especie de guirlache.

Pero no siempre fueron así estos  hechos, hace años eran niños y jóvenes fundamentalmente, los que se hacían eco de esta costumbre, se merendaba normalmente en las Peñicas o la Ribera, de una manera mucho mas sobria, cada uno llevaba su tortilla, a la que en aquellos días se solía añadir miga de pan a los huevos, y manteca al aceite de la fritura, con lo que el resultado era contundente. Para poder disfrutar de placeres extra, algunos aprendimos de otros mas veteranos, a cambiar de sitio una gallina cuando esta acudía al ponedero habitual, colocándola en uno distinto y secreto preparado al efecto; esto hacia que el animal a partir de ese momento, dejara su huevo en el nuevo emplazamiento y fuera del control pater&mater. Esta estrategia se ponía en marcha una par de semanas antes del Tortillero, lo que nos hacia poseedores de mas o menos una docena de huevos, que luego cambiábamos en la tienda por un paquete de rubio español marca ”Bisonte”, alguna bebida y otras mercancías prohibidas para nosotros; cambiar huevos por todo tipo de géneros era entonces practica común, tanto en los comercios estables como con aquellos vendedores que acudían al pueblo de manera ambulante. El caramelano se hacia utilizando una vieja lata de escabeche, colocada sobre unas piedras con lumbre, si había presupuesto añadíamos unos “cacahueses” al hirviente azúcar mientras se removía con un “porro”, luego se vertía sobre un papel de periódico y a esperar, para que decir que a duras penas éramos capaces de dejarlo enfriar antes de “charruncarlo”.

¡¡FELIZ DOMINGO TORTILLERO!!

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